El crecimiento del e-commerce desde móviles en América Latina
Si hasta hace poco hablábamos una y otra vez de e-commerce, ahora ya es tiempo de hablar de m-commerce, o comercio móvil, una tendencia que viene pisando cada vez más fuerte y que está creciendo de manera significativa.
Para tenerlo en claro, ¿qué implica el m-commerce? Básicamente es la práctica del comercio electrónico a través de un teléfono móvil u otro dispositivo inalámbrico móvil.
El m-commerce viene desarrollándose de forma acelerada en Latinoamérica y así lo reflejan los números. Los factores que promueven este cambio son varios, y el futuro se viene con todo. Mira cómo viene abriéndose el juego para los países de América Latina…
La penetración móvil crece cada año
Una de las tendencias base que explican el aumento del e-commerce desde dispositivos móviles en la región es el crecimiento de la penetración móvil. Según datos de la empresa Cisco, en 2019, más del 14% del tráfico IP mensual va a proceder de conexiones celulares a escala global, mientras el 53% lo hará de conexiones Wi-Fi. Al mismo tiempo, la empresa estima un crecimiento de los datos móviles en América Latina de un 67% entre 2015 y 2017. Números más que positivos para nuestra región…
Por otro lado, como referencia, hoy existen más de 340 millones de usuarios móviles en América Latina, con Brasil y México como países líderes, y se prevé que para 2017 existan 374 millones de usuarios. Si bien, según expertos, la región todavía está “en pañales” en lo que a penetración de comercio móvil se refiere, las predicciones prometen un lindo escenario.
Panorama actual: pagos móviles en América Latina
De acuerdo a un informe publicado por Ericsson, el 7% de las ventas de MercadoLibre se dieron a través del canal móvil, y entre un 5% y un 10% de las ventas de Groupon en América Latina se realizaron vía mobile. Yendo un poco más allá, se espera que, para 2016, 22.31 millones de nuevos usuarios adopten el comercio móvil en Latinoamérica. Según Ericsson y otras fuentes, a nivel regional el podio lo ostentan Brasil, México y Colombia.
El quid de la cuestión
Las cifras para América Latina son sumamente alentadoras, pero aún existen algunas barreras por vencer.
Según un estudio de Easy Solutions, una de las principales trabas para los consumidores latinoamericanos a la hora de la compra online tiene que ver con la seguridad de los medios electrónicos. Puntualmente, el temor al fraude viene a ser el principal factor que inhibe el uso de Internet como canal de transacción. Y esto, obviamente, impacta en el m-commerce también. Así y todo, la percepción de los usuarios respecto a seguridad online está mejorando: en 2014, un 43% afirmó que consideraban que las transacciones online eran más seguras, en comparación con un 38% en 2013.
Otro de los grandes drivers al momento de hablar del desarrollo del m-commerce en la región es el tema de la inclusión financiera. Según Jason Oxman, director ejecutivo de Electronic Transactions Association, “más de un 60% de consumidores en América Latina están fuera del circuito bancario. Esto significa que viven en una economía dominada exclusivamente por el dinero en efectivo, que les niega oportunidades para realizar transacciones, ahorrar para el futuro y asegurar sus finanzas.”.
A su vez, comenta: “Al mismo tiempo, la penetración de los teléfonos móviles se acerca a un 60% en la región. El comercio móvil, por lo tanto, presenta una plataforma singular para ofrecer servicios financieros a los latinoamericanos que desean la seguridad financiera que el pago móvil —incluidas las transferencias electrónicas basadas en SMS— puede ofrecerles”.
Y, claro está, a medida que más y más teléfonos celulares vayan a manos de los consumidores latinoamericanos, y terminen reemplazando las cuentas bancarias, aumentarán las oportunidades de llegar a ellos a través de los pagos móviles.
Puede que en América Latina todavía nos mostremos reacios a la tecnología y los nuevos canales de pago, como el online. Fuera de esto, no hay dudas de que el m-commerce llegó para quedarse, también en nuestra región: para los consumidores, representa un paso más en flexibilidad, practicidad y rapidez en sus compras, y para las empresas una nueva oportunidad (y necesidad) de adaptarse a las últimas tendencias en materia de comercio.